Las fortalezas y los castillos presentes en el territorio provincial nos narran historias legendarias, vividas a la sombra de poderosos muros y sólidas torres...
Símbolos de la potencia militar de la dinastía de los Saboya, las
fortalezas se erigen resguardadas en escarpadas pendientes. La más célebre es la
Fortaleza de Fenestrelle, símbolo de la Provincia de Torino y una de las edificaciones defensivas más imponentes de todo Piamonte: pensemos que su majestuosa estructura – definida “la gran muralla piamontesa”- se encarama por unos 5 kilómetros a lo largo de la vertiente sureste del Monte Orsiera. Compiten en potencia arquitectónica la
Fortaleza de Exilles, erigida para controlar el paso de hombres y mercancías a través del Monginevro, y la
Fortaleza de Bramafam, que domina la entrada del Fréjus y que fue construida entre 1874 y 1889 para proteger el túnel ferroviario que se había inaugurado pocos años antes.
Otros protagonistas en la capital de provincia y no sólo, también en los alrededores de Torino, eran los castillos destinados a menudo a lugar de vacaciones y de monterías. La comarca del Canavese era un lugar elegido para muchas de estas antiguas residencias: las más célebres son el Castillo de Masino en Caravino, desde 1987 propiedad del FAI (Fondo para el Ambiente Italiano) y la residencia del Conde Camillo Benso en el Castillo Cavour de Santena. Y también: el Castillo de Pralormo en cuyos jardines, todos los años, se puede admirar la floración de miles de tulipanes y el de Rivara que renace como sede de exposiciones de arte contemporáneo.