Complejo de la Abadía de San Pedro y San Andrés fundado el año 726 por Abbone, gobernador de Moriana y de Susa, en una importante vía de peregrinaje convertido en etapa relevante de la Vía Francígena; alcanza en la época carolingia (siglo IX) su máximo esplendor llegando a acoger a más de quinientos monjes.
El mismo Carlomagno se hospedó en ella durante largo tiempo antes de atacar a los longobardos de Desiderio en la Chiusa di San Michele, contribuyendo con ello a aumentar la hegemonía de la Abadía. Es en esta época cuando se inaugura la famosa biblioteca en la que los monjes amanuenses transcribían e iluminaban los códices.
La Abadía fue destruida en el siglo X por los sarracenos. La Iglesia fue reconstruida en 1710 y restaurada en 1890, pero la muralla es todavía la original, como el fresco que representa a San Esteban, originario del siglo XI.
En los jardines de la abadía se levantan cuatro capillas medievales, dedicadas a San Salvador, San Miguel (conocida también como la capilla de San Pedro), Santa María Magdalena (con una pintura representativa de la Virgen con el Santo Grial) y San Eldrado (destacada por conservar en su interior frescos del siglo XI que representan la vida de San Eldrado y San Nicolás). También puede visitarse el Museo Arqueológico de la Abadía.
El monasterio fue devuelto a los benedictinos en 1973, concretamente a la Congregación de San Jorge, que llevó a cabo en su interior una importante actividad de restauración de libros antiguos.