Está situado en lo alto de una peña que separa el Val d’Ala del Val Grande. Esta localidad, antes de que tomara forma a lo largo de los siglos como lugar de culto cristiano, estuvo ocupada por los primeros habitantes de los Valles que allí erigieron a sus propios ídolos paganos. La primera capilla fue construida en el siglo XIV pero fue ampliada más tarde gracias a la labor de los habitantes del valle, que durante años transportaron a sus espaldas el material de construcción. Hasta hace pocos años, el día de la fiesta era fácil encontrar algunos sacos de arena en la entrada del sendero de Cantoira: todos los fieles contribuían de este modo a la restauración de la iglesia, elevada a Santuario en el siglo XVII. El conjunto arquitectónico presenta una planta rectangular y por fuera la estructura se muestra rústica y maciza. En el interior se pueden admirar todavía restos de algunos frescos: uno en particular, del siglo XVI, representa a la Virgen en el trono con el Niño Jesús y Santa Cristina; se conservan también numerosos ex-votos, los más antiguos se remontan al siglo XIX. La festividad religiosa es el 24 de julio: la noche del sábado más próximo a esta fecha se enciende una hoguera que se ve desde Cantoira.