en todas sus
infinitas combinaciones; desde los ligeros
grissini (colines) a los
vinos blancos y tintos, espumosos o bien con cuerpo.
De la
montaña a la
colina, de la ciudad a las mezclas entre las diferentes culturas, locales o no, Turín y toda la provincia proponen una mesa magníficamente preparada, en cada estación del año con sus especialidades que tienen sus raíces en la mejor tradición culinaria regional. La golosísima capital del bicerin (café, chocolate caliente, leche y nata montada) de los gianduiotti (bombones de chocolate con avellanas), de la pequeña repostería, se convierte en aristócrata cuando llega la hora del
aperitivo, que no pasa nunca de moda y que se inventó aquí con el Vermuth en 1786.
Cualquier paladar disfruta a través de un tour enogastronómico que tiene sus etapas en los cafés históricos y en las tabernas, enotecas y bodegas, en los restaurantes en donde los ingredientes simples del campo se mezclan con la elegancia de la cocina real. Sabrosos agnolottis, tajarin (tallarines), arroces, bolliti (diferentes tipos de carnes cocidas), brasati (buey braseado y marinado con vino) fritti misti (frituras de carne), quesos, dulces: Qué comience el ágape!
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